“Tu problema no es hablar”, me dijo mi logopeda. “Te obsesionas tanto con lo que vas a decir y con cómo te perciben los demás que no escuchas a nadie”. Como chico tímido con una tartamudez debilitante que se enorgullecía de su capacidad para escuchar, esto era lo último que quería oír. Pero, en definitiva, mi logopeda tenía razón.
Nuestra capacidad de comunicarnos verbalmente Comunicarse eficazmente y construir conexiones con otros. La comunicación tiene su raíz en la capacidad que tenemos para captar, absorber y comprender los pensamientos, sentimientos, desafíos y deseos de los demás. Después de todo, si no captamos lo que dicen los demás, es imposible agregar valor a una conversación.
Muchos de los consejos que nos dan para ser un mejor El oyente debe ser un activo Oyente. En mis dos décadas de carrera en comunicación y emprendimiento, los mejores oyentes eligen estar presentes, curiosos y empáticos.
Al igual que con cualquier cualidad que suene bien, es difícil dejar de lado nuestro ego y nuestra agenda para priorizar a la persona que tenemos frente a nosotros. Aquí hay tres actitudes que puedes adoptar para que te resulte más fácil ser un mejor oyente mientras construyes relaciones significativas con los demás.
Estar más presente adoptando la mentalidad de una pluma
Estoy seguro de que vivir hace doscientos años no era fácil, pero nuestro mundo moderno a menudo parece estar fuera de control. Entre el trabajo, el dinero, la familia, los problemas de salud y el intento de mantener una vida social, es sorprendente que tengamos la mente abierta para escuchar a cualquiera.
Sin embargo, no son sólo nuestras preocupaciones presentes y futuras las que nos impiden estar en el momento presente en las conversaciones. Puede que no pensemos mucho en ello, pero todos llevamos con nosotros un vasto catálogo de experiencias pasadas que influyen silenciosamente en nuestras interacciones.
Cuanto más podamos desentrañar estas preocupaciones y entablar una conversación con ligereza (como una pluma), mejor podremos crear el espacio para las conexiones con los demás.
Tal vez tengas preocupaciones sobre el dinero, o tal vez el peso mental que te impide escuchar sea el estrés laboral, o tal vez a veces te preocupes demasiado por lo que piensen los demás de ti.
Haz un inventario durante una semana. Haz un seguimiento de tu parloteo interno y anota los pensamientos y preocupaciones que constantemente llevas a conversaciones que te alejan de Escuchar realmente a la gente.
No se trata de restarle importancia a estos pensamientos y preocupaciones. Son válidos. Se trata de tomar la decisión de dejarlos de lado en el momento para poder enfocarnos mejor en la persona que tenemos frente a nosotros.
Al elegir la mentalidad de una pluma, se abre la puerta para que nos dejemos sorprender por las personas que conocemos.
“El arte de la conversación consiste en escuchar.” –Malcolm Forbes
Sea más curioso adoptando la mentalidad de un biógrafo
Establecer conexiones con la gente es un arte y, como ocurre con todo arte, cada uno tendrá una interpretación diferente.
Para mí, su esencia radica en crear el espacio para que las personas se revelen. Se trata de sentar las bases para identificar cómo tu historia y la historia de la persona que tienes frente a ti se complementan de la mejor manera.
Claro, podemos iniciar conversaciones preguntando a las personas su historia, pero esta pregunta a menudo puede parecer demasiado grande mientras luchamos por saber por dónde empezar.
En lugar de ello, para llegar al fondo de la cuestión, adopte la mentalidad de un biógrafo cuyo trabajo exige hacer preguntas reflexivas y escuchar las respuestas de las personas mientras lentamente van reconstruyendo sus experiencias, intereses y gustos.
Durante mi primera conversación con Kim Dabbs, autora de Tú perteneces aquí y directora global de ESG e Innovación Social en Steelcase, me preguntó: “¿Dónde vives?” Es un pequeño cambio en el lenguaje de la típica pregunta “¿De dónde eres?”, pero me hizo hablar sobre los lugares en los que he vivido y por qué los pueblos pequeños de España sacan lo mejor de mí.
De manera similar, preguntarles a las personas qué tipo de música les gustaba durante la escuela secundaria les permite recordar cómo eran cuando crecieron y reflexionar sobre cómo han evolucionado sus gustos.
Luego, puedes hacer preguntas de seguimiento específicas para profundizar en sus antecedentes y experiencias.
Los biógrafos tardan años en investigar a alguien y recopilar fragmentos de su historia pieza por pieza a medida que su relación evoluciona y se fortalece. No tenga miedo de conocer a otras personas poco a poco.
Sea más empático adoptando la mentalidad de un loro inteligente
Mi trabajo como estratega de comunicación, conferencista sobre liderazgo y coach profesional es hacer que mis clientes y estudiantes se sientan vistos y escuchados.
Una forma de lograrlo es escuchar reflexivamente. No se trata simplemente de repetir lo que dicen las personas, sino de tomarse un momento antes de resumir lo que se ha escuchado con las propias palabras.
En otras palabras: ser un loro inteligente que puede sumar uno más uno.
Si alguien habla de lo terrible que es su jefe y de cuánto trabajo tiene por delante, en lugar de restarle importancia a sus sentimientos, superarlos con sus propios desafíos u ofrecer consejos sobre cómo solucionarlo, resuma lo que escuchó.
Esto podría venir en forma de “Parece que estás abrumado por…” o “Parece que tienes mucho que hacer…”
Cuando alguien comparte sus preocupaciones y temores, queremos intervenir y ayudar. Aunque tengamos buenas intenciones, muchas veces esto puede resultar contraproducente. Muchas veces, cuando las personas hablan, simplemente necesitan expresar sus sentimientos y sentir que alguien está ahí para ayudarlas.
No se trata de la información, sino de que las personas se sientan comprendidas y conectadas. La frase “Lo que estoy escuchando…” también permite que las personas se aseguren de que se están comunicando correctamente y, si no es así, les da espacio para aclarar sus ideas.
Si no entiendes algo, Denise Young Smith, ex jefa de Recursos Humanos de Apple y autora de Cuando nos venrecomienda decir: “Esto es nuevo para mí y quiero entenderlo.
¿Podemos empezar de nuevo…?”, lo cual creo que es una bonita manera de decirlo. Haciendo saber a la gente que estamos escuchando y que nos preocupamos..
¿Qué puedo aprender si sigo escuchando?
Que nos digan que debemos ser mejores oyentes puede parecer una tarea (el equivalente conversacional a que alguien nos diga que comamos más coles de Bruselas), pero es una tarea que vale la pena hacer.
Escuchar es la verdadera base para construir conexiones significativas con los demás. Al aprender a ser un activo Oyente, abres la puerta para convertirte en el tipo de persona que la gente respeta y hacia la que gravita.